A partir de un triángulo equilátero se puede componer este medio icosaedro.
La figura sale de la búsqueda de un pseudomodular, una figura "modular" plegada a partir de un solo papel. Al fin y al cabo el origami es el arte de la ilusión y el engaño, de hacer parecer lo que no es.
A diferencia de un icosaedro "normal", este no está formado únicamente por sus caras externas sino por las caras visibles de diez pequeños tetraedros, pero cada uno tiene sus cuatro caras internamente en la figura.