domingo, marzo 16, 2008

BROTE MAEKAWANO


El diseño, cuando es intuitivo, no viene de la nada o de la inspiración divina.
Todo modelo brota de alguna idea primaria que luego se trabaja hasta llegar hasta donde queremos.
A veces el sujeto sugiere la idea y a veces es la idea la que sugiere qué diseñar con ella.
Hace un par de días hice este espiral, muy Maekawano (este patrón ya ha sido explorado por otros autores múltiples veces mucho antes que yo).

La sola forma en sí misma es bonita. Pero aun más Maekawano es insertar una idea geométrica dentro de un modelo, como sucede por ejemplo con con su pavo de cola fractal. El diseño del fractal vale de por sí, pero utilizado como parte de un animal aumenta aun más su valor.

Volviendo al espiral, este CP se correponde con los "brotes" de la foto, aquí doblados en papel "tant" verde de 15 x 15.
La idea de este simplicísimo modelo es solamente exhibir el espiral sobre una base cerrada que le permite pararse verticalmente.

El número de triángulos que se pueden agregar depende del tamaño del papel y habilidad del doblador.
Con mentalidad de diseñador, el siguiente paso es buscar la manera de utilizar esta forma geométrica como parte en un modelo.
Ya hemos hablado en otras entradas de este blog de las particularidades del "diseño por partes".
Muchas veces el modelo tiene que adaptarse a "la parte" que ya tenemos diseñada, de alguna forma toda la figura gira en torno a ella.
Si todo sale bien "la parte" debe lucirse apropiadamente, incluso destacar, pero no verse artificiosa o forzada dentro del diseño.

El primer diseño que surgió sugerido por la forma del espiral es este simple papagayo. Parte del patrón geométrico se usa para la cabeza y cuello del animal. La idea primaria, en este caso el espiral, permite salir un poco de las ya consabidas maneras de hacer cabezas de aves además de darle algo de delicadeza al modelo.
Observar como en este caso los escalones del espiral se doblan hacia afuera para aprovechar el cambio de color.
El segundo modelo que muestro aquí es resultado de un razonamiento que ha dado a luz a más de un modelo y es un clásico del diseño de origami: todo lo que se puede doblar en una punta, probablemente de pueda doblar en dos, tres o las cuatro.

Dicho de otra manera, si funciona en una "base cometa", veamos como funciona sobre una "base pez" o "pájaro". (Ver por ejemplo la serie de 3 caracolas de Robert Lang en Origami Sea Life)
Poniendo espirales en puntas opuestas del papel, un diseño con cuernos es entonces casi natural.
Esta cabeza de El Malo resulta doblemente Maekawana, cerrando con cierta lógica, el círculo donde esto comenzó.
Para este diseño utilicé el criterio de que todo el volumen estuviese dado por dobleces perfectamente rectos sin ningún moldeado.
Me parece que de esta manera se respeta la estética inicial determinada por los cuernos.
Los dobleces, de ser posible, son todos múltiplos de 22.5 grados.
Es fascinante seguir explorando las posibilidades de este tipo de
ángulos para dar volumen de formas poliédricas integradas al modelo.
La máscara es completamente cerrada y firmemente trancada por todos sus lados sin doblado en húmedo ni papel metalizado.
Hay que estar siempre pendientes de esas formas abstractas, interesantes o novedosas descubiertas o no por azar, y explorar que posibilidades tienen se ser aplicadas a la realidad del diseño.
Muchas veces, como en esta máscara, el espiral no es ni siquiera estrictamente necesario en el diseño: los cuernos podrían haber sido hechos de varias otras maneras.
Sin embargo la forma geomérica actuó como detonante y como guia del estilo a utilizar.
Tengámoslo en cuenta como herramienta de diseño.


sábado, marzo 08, 2008

LA CIENCIA Y EL DESPERDICIO

La actual tendencia del origami a tecnificarse cada vez más y a ser explicado con ecuaciones matemáticas nos ha traido enormes avances en la teoría y la práctica del papel doblado.
Gracias a eso hoy podemos comprender mejor el proceso de obtención de puntas y podemos doblar diseños que sencillamente no serían posibles se imaginar en forma intuitiva.
Pero veamos, razonemos, no seamos tan tercos, el camino de los diseñadores de la escuela del MIT no es más que eso, un camino posible entre muchos.
Parece ser además que el origami técnico se ha tornado el origami occidental oficial.
Tengo la teoría, probablemente erronea, que el origami técnico se ha vuelto tan popular por el hecho que resulta más fácil que el origami intuitivo, o por lo menos más manejable, más abarcable y sobretodo posible de reducir a un grupo de ecuaciones.
Uno de los efectos más indeseables de esta tendencia occidental oficial, es que estamos formando creadores inhibidos, reprimidos por el peso de la técnica fria y vacía.
Creo que es perfectamente posible estudiar toda la teoría del diseño matemático y hasta usarla como ejercicio, para luego romper totalmente con todo ese reglerío y volver a nuestro arte tomando de la técnica sólo aquello que nos sirva para acercarnos un poco más a lo que queremos expresar.
Se puede volver a diseñar como los admirables Gabriel Alvarez o David Brill y a su vez usar todo lo bueno que se puede tomar de las técnicas de hoy.
Deberíamos estar marcando una tendencia hispanoparlante del origami del mundo, tenemos con qué, sobretodo si dejamos de mirar hacia donde no debemos.
Basta con ver lo que están haciendo en este momento Quentin Trollip, "red paper" Seth Friedman, Alejandro Dueñas o David Derudas para darse cuenta que los caminos del origami de primera línea son muchos y variados. Y menciono a estos 5 autores no sólo porque estan en la avanzada, sino porque evidentemente han optado por la intuición como su herramienta de diseño más importante y sin embargo son totalmente diferentes entre sí y cada uno original en sus ideas.
El diseño que puse hoy en la foto es un grito de resistencia contra el concepto del aprovechamiento matemático del papel.
Ninguno de mis diseños ha sido nunca tan "desperdiciante" de papel como es este, y sin embargo de aspecto tan liviano.
La idea original viene de hace meses, cuando pensé en un pájaro cuyo pico estuviera formado por dos mitades perfectamente dibujadas e iguales y sin capas superfluas.
La idea de cómo lograrlo me llegó de pronto hace dos días, cuando volvía caminando del trabajo.
Con un mínimo de observación se ve que hay una sola manera de lograrlo y es con las dos puntas opuestas originales del papel .
La dificultad es que todo el resto del ave tiene que ser diseñado con un triángulo: el formado con el cuadrado plegado por la diagonal.
Todo este enorme desperdicio de papel sería impensable en el mundo del super-origami optimizado.
Pero en nuestro mundo no sólo es posible sino deseable, porque optimizaciones puede haber muchas. En este caso he optimizado el uso del papel para crear el pico de ave que más se acerca a lo que quiero.
En el camino he diseñado un ave que se parece, por lo menos externamente, al ave multicapa de Nicolas Terry.
Por algo él también rompió con la regla fundamente del no desperdicio cuando hizo su pájaro multicolor formado con dos o tres cuadrados superpuestos de los cuales sólo una pequeña punta se utiliza para satisfacer el capricho del autor de tener más de dos colores en su modelo.
Es el concepto y la idea detrás de la figura lo que la hace mejor. No hay ciencia posible que pueda tener ese efecto.